Hace 200 millones de años llegaron flotando varios miles de troncos al que es, actualmente, el estado norteamericano de Arizona; más específicamente al maravilloso escenario del hoy Parque Nacional del Bosque Petrificado en donde fueron cubiertos por varios metros de sedimentos que sustituyeron los componentes orgánicos de la madera, por compuestos minerales.
Así nació la mayor concentración de xilópalos del planeta, unos cuarzos que se formaron hace millones de años a partir de los árboles que quedaron enterrados cuando inició el proceso de ‘secado’ de los territorios cubiertos por agua de nuestro planeta. “Habitualmente, se definen como madera petrificada, si bien esta información no es exacta porque las partes orgánicas de la madera nunca se convierten en piedra”, explica el fascículo número 37 de la colección Minerales de la Tierra que, esta semana, dedica su contenido a los minerales de la clase de los silicatos que, a pesar de no brillar, son cuarzos y seducen aun más que estos.

Ello debido a su riqueza histórica, como fuentes inagotables de información sobre organismos presentes en épocas remotas; y más allá de ser fósiles son piedras preciosas de madera, como lo expresa su nombre que procede de las raíces griegas xylon (que significa ‘madera’ y que nos resulta muy familiar, al ser la misma base de la palabra ‘xilófono’, la marimba de madera) y opallios (‘piedra preciosa’).
Por su doble personalidad que combina hábilmente cualidades de los reinos vegetal y mineral, el xilópalo guarda afinidades con el ámbar, una resina fosilizada de origen igualmente vegetal proveniente de coníferas extintas y de algunas angiospermas —plantas con flores— que resultan igualmente atractivas y enigmáticas, en tanto datan del Neolítico (hace diez mil años).

Cuando los árboles generaban resina y escurría por la corteza, atrapando burbujas de aire, polvo y semillas, insectos o gusanos que quedaban preservados en el interior de la resina que se solidificaba, a manera de ámbar, se trataba de un fenómeno descrito como ‘inclusiones’ en esta nueva entrega de Minerales de la Tierra, que esta semana también abordará una de las propiedades más características de los minerales, como es su color.

Minerales de la Tierra. Xilópalo y la muestra de la roca legítima llegarán esta semana por un costo de 28.900 pesos (incluye el fascículo y la piedra). Los interesados en adquirir la colección completa a un precio de 1’383.900 pesos para suscriptores, y de 1’615.000 pesos para no suscriptores, podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/mineralesdelatierra o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990.