No solo los diamantes son los mejores amigos de las mujeres
MINERALES DE LA TIERRA
Autor: EL TIEMPO
MINERALES DE LA TIERRA
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"Con más de cinco mil especies en el planeta, los minerales han brillado en la evolución humana; desde la solemnidad litúrgica de Bizancio, pasando por las fieras engastadas de María Félix y hasta la cultura gangsta le han rendido tributo al bling-bling.

Si bien la frase: “Nunca se es demasiado rica ni demasiado delgada” caracterizó a Wallis Simpson, su colección de minerales fue la que la inmortalizó. Y no solo por los millonarios montos que alcanzaron sus piedras engastadas –en la más reciente subasta de un lote de veinte piezas de la colección original, realizado por la casa Sotheby’s en 2010, se recaudaron ocho millones de libras– sino, sobre todo, porque mediante zafiros, esmeraldas y rubíes hizo rugir a la casa real británica.
Americana, divorciada, poco agraciada y sobre todo, osada, fue la plebeya que mediante el brillo de Cartier y Van Cleef selló la abdicación al trono del rey Eduardo VIII, quien se desvivía en exquisitas atenciones hacia su amada, las cuales atesoró ella en una de las más imponentes cohortes de minerales que mantiene el brillo del más costoso de los hobbies, el coleccionismo.
“Lo máximo que he pagado por una piedra han sido 3,5 millones de pesos. Fue un canutillo de esmeralda certificado que conseguí vía internet. Me obsesioné con ella porque tiene la forma de un cuarzo (otras esmeraldas son irregulares), es hexagonal, plana y sin puntas”, cuenta Mario Medina Villa, un coleccionista caldense que de sus 28 años, lleva 15 siguiendo su instinto a la hora de recoger cuanta piedra curiosa ve.
Una de las colecciones más importantes de Colombia, como es la de mineralogía del Servicio Geológico Colombiano (SGC), cuenta con 13.477 piezas; la del joven de Victoria (Caldas), le pisa los talones. “Debo tener más de diez mil; inclusive, hace unos meses organizaron una exposición en mi pueblo y el experto que trajo sus piedras me dijo que, de haber tomado nota del sitio específico en donde encontré cada uno de mis minerales, tendría un mapa geológico de Victoria”, añade el coleccionista y creador de una comunidad virtual llamada Coleccionistas de gemas, fósiles y minerales Colombia.
¿Gemas, piedras, rocas o minerales?
Algunas personas hablan de cristales. Otros –los más fanáticos de las tendencias estéticas y místicas–, asumen que todo lo que es transparente y brilla es un cuarzo. Mientras que hay quienes hablan de gemas de manera indistinta. Lo cierto es que todos estos términos son válidos, pero en esencia, son minerales, es decir, son sustancias químicas que se encuentran en la naturaleza en estado sólido, no provienen de materia viva y se presentan en formas geométricas conocidas como cristales.
Para Mario, la palabra adecuada para hablar de los tesoros que, como minero, ha encontrado, clasificado y conservado. “Creo que la palabra adecuada es ‘piedra’, porque sean fósiles, gemas, cuarzos, todas son piedras”, añade Medina, quien enfatiza en la importancia de reconocer no solo la estética y pureza de los minerales.
Para un coleccionista, el valor de una roca también está en los vestigios que relatan sus formas, tamaños y texturas. ”Aparte de buscar piedras lindas –o gemas–, buscamos las que muestran un proceso geológico; por ejemplo, se ve como una una piedra normal pero tiene unas ondas que evidencian sucesos como terremotos y así uno identifica de qué lugar y época es esa piedra”, agrega el caldense.
El lujo de la supervivencia
Desde los inicios, la civilización humana ha estado estrechamente vinculada a la recolección y el trabajo de los minerales y las rocas. Durante la la prehistoria, las herramientas de supervivencia como las puntas de las flechas, los cuchillos y las lanzas –ideales para las labores de caza, pesca y agricultura– fueron instintivamente elaborados en sílex, bronce y hierro. Inclusive, los vestigios rupestres dan fe del uso de los polvos de minerales en las pinturas de las cuevas.
Luego de ser elementos aliados de la supervivencia, estas sustancias que bien podían encontrarse en las diferentes capas de la tierra (desde el núcleo, en el caso de los minerales metálicos como el níquel y el hierro; en el manto, como el piroxeno y la espinela, y en la corteza, como los muy famosos cuarzos), adquirieron un pedigrí dado por su dureza, transparencia y brillo.
Con el surgimiento de las civilizaciones antiguas como la egipcia, el oro empezó a brillar como mineral digno de colección y culto. “El oro se asocia al poder y la riqueza y por ello, los primeros que lo integraron a su vestimenta (y no a sus ofrendas a los dioses) fueron los chinos y los otomanos”, explica el docente asociado de la Universidad Pontificia Bolivariana e investigador William Cruz Bermeo.
Y añade: “parte de los valores simbólicos de este mineral viene de sus cualidades, pues no se oxida, no envejece (su resplandor se asociado al concepto de la eterna juventud y es fue la obsesión durante el Renacimiento), etc. el oro encarna, en su esencia material las obsesiones humanas, como el poder y la eternidad”.
De ahí la fiebre desatada por el oro de 1847 y 1855 en Norteamérica y la apropiación de este mineral –y de la plata y el bronce– en las medallas olímpicas de los campeones al ser la representación de los dioses (cada presea representa una de las tres edades del hombre en la mitología griega; así, la plata simboliza la juventud y el bronce, los tiempos de los héroes y las guerras).
Claves de clasificación
Bien sea por su ámbito geográfico, por especie –los cuarzos pueden presentar diferentes formas, colores y tamaños, por ejemplo–, afinidad química o su fluorescencia a la luz ultravioleta, la estética manda, cuando de clasificar los minerales se trata. “Yo, en cambio, prefiero organizarlos por fósiles, cuarzos, gemas, etc.; pero nunca por estética ni color”, asegura Mario Medina, quien aprendió a identificar la tipología de cada piedra mediante la escala de Mohs.
“Es la escala de dureza de todos los minerales –explica– que va de uno a diez, en donde uno es como arcilla o tierra, muy suave; y luego siguen otros minerales como yeso, cuarzo y así sucesivamente, hasta llegar a la máxima dureza (diez), dada por el diamante. Con esta escala, uno aprende que el cuarzo es más duro que el vidrio, entonces uno coge un cuarzo y puede rayar un vidrio. Pero si no fuera un cuarzo, sino otro vidrio, no se rayaría porque no es tan fuerte para para hacerlo”.
Por la magnitud de su colección, el caldense conserva sus piedras en un mueble que, anteriormente, le sirvió a su hermano de biblioteca. Allí no solo clasifica sus hallazgos, sino que también los conserva alejados del enemigo número uno: el polvo, mediante cajas o vitrinas que permitan garantizar la pureza de cada roca.
Además, cuando las uso –todos los días uso piedras, a manera de collar, pues reconozco su poder místico– las cargo dentro de una bolsa de tejido suave y fino. En el pueblo, ya me conocen como el de los collares”, puntualiza Mario, quien tiene su olfato mineral detrás de un ópalo negro australiano, cuyo carácter (que pesa 0,2 gramos) cuesta 3.500 dólares.
Frase: “Colombia es el paraíso para un coleccionista de piedras. Se consigue de todo tipo y algunas únicas, como la esmeralda y la Alejandrita que, se dice solo está en Antioquia y cambia de color, bajo el efecto de la luz”: Mario Medina Villa, coleccionista.

Destacado: El Herkimer es el mineral que se impone entre los coleccionistas, ya que es un cuarzo muy similar a un diamante, pero tiene un precio mucho más accesible.

RECUADRO: ¡Es tiempo de coleccionar!
Una singular colección llegará, a partir de este jueves 10 febrero, con EL TIEMPO. Se trata de Minerales de la Tierra, una propuesta que agrupa una selección exclusiva de gemas y piedras auténticas –escogidas por geólogos y minerólogos expertos– y de gran tamaño provenientes de los cinco continentes.
Piedras exclusivas, como la amatista drusa, pirita chispa, hornblenda pulida, ágata azul, apofilita, fuchsita, obsidiana copo de nieve, el jaspe rojo pulido, la celestina de Madagascar, rodonita (pulida), el yeso rosa del desierto y el ópalo, entre otras, harán parte de cada entrega que además vendrá acompañada de un fascículo lleno de imágenes espectaculares, con detalles referentes a la gema, además de curiosidades, experimentos, informaciones, secretos y las claves necesarias para convertirse en todo un coleccionista profesional.
Con la tercera entrega, el lector no solo tendrá su mineral y su material informativo; también recibirá una caja contenedora completamente gratis. Así, se garantizará una óptima clasificación y conservación de cada piedra que conforma a la colección.
Oro de ley de 22 quilates será el mineral que abrirá la colección. La piedra y el fascículo podrán ser adquiridos a un costo promocional de apenas $6.900 La segunda entrega será el cuarzo rosa, que llegará el próximo jueves 17 de febrero, y se podrá adquirir a un costo promocional de $16.900. A partir del tercero, que será el ojo de tigre –y en las demás entregas– los minerales costarán $28.900.
Los interesados en adquirir la colección completa podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/mineralesdelatierra o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990."

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