
"Un Francés y un italiano comprometidos con la participación de los ‘vencidos de la historia’ siguen marcando el paso con su filosofía postmoderna. Jean François Lyotard y Gianni Vattimo llegan en la entrega número 42 de la colección Descubrir la Filosofía.
Si bien al ‘segundo Heidegger’, el que inauguró la última mitad del siglo XX con La carta sobre el Humanismo e Identidad y Diferencia y abrió la década de los sesentas con dos tomos completamente dedicados a Nietzsche, fue pionero en la imposición de la crítica filosófica postmoderna sobre la modernidad racionalista, la burguesía y el capitalismo, la escuela postmoderna del pensamiento encontró más deseables a la diferencia y la alteridad del francés Jean François Lyotard y el italiano Gianni Vattimo, quienes se consagraron como los padres de la filosofía postmoderna, una de las corrientes más importantes y con un impacto equiparable al de la filosofía clásica.
Gracias a los aportes teóricos de Hans-Georg Gadamer, quien criticó a la Ilustración desde la hermenéutica; del postestructuralismo de Michael Foucault; de la deconstrucción de Jacques Derrida, y una exquisita secuencia literaria a manos de Gilles Deleuze (Diferencia y Repetición y Mil mesetas, por supuesto, Foucault (Vigilar y castigar) y los más contemporáneos, Negri y Hardt (Imperio, 2000), la filosofía postmoderna goza de un amplio espectro académico y perennidad no solo por combinar tres de las corrientes más influyentes de la última parte del siglo XX (hermenéutica, postestructuralismo y deconstrucción) sino por su versatilidad al encajar con otros grandes movimientos como el neopragmatismo estadounidense y el feminismo de la diferencia.
Al respecto, María Teresa Oñate y Brais G. Arribas señalan que este mapa de influencias fue el responsable del pedigrí adquirido por la producción filosófica que ha venido creciendo desde 1950 y hoy sigue evolucionando en la que es considerada la Edad de Oro de la filosofía, “solo comparable a las grandes cumbres del Idealismo alemán, el Barroco, el Renacimiento, el Medioevo o la filosofía griega durante la época clásica y arcaica, y cuyos frutos son leídos ahora por los filósofos postmodernos de otro modo, prestando atención a lo no-dicho y no-pensado, o a lo colonizado o silenciado en todas esas obras de arte que han llegado hasta nosotros como una retransmisión de ecos y huellas, y cuya diferencia nos constituye y nos permite discutir lo perentorio del presente hegemónico: distorsionarlo, ironizarlo, dislocarlo”, argumentan los filósofos españoles en Postmodernidad. Jean Francois Lyotard y Gianni Vattimo, entrega número 42 de la colección Descubrir la Filosofía, que circula todos los miércoles con EL TIEMPO.
Larga vigencia
Por su oposición al fundamentalismo dogmático de un único pensamiento, al relativismo individualista que llevó a la desconexión de las personas con los nexos entre el logos y el enlace comunitario político y participativo, y al dualismo dialéctico, la filosofía de Lyotard y Vattimo, ha adquirido tal vigencia que inclusive, podría aplicarse a una (hipotética) futura etapa postmoderna (un posible post-postemodenismo filosófico).
“Los postmodernos como Lyotard y Vattimo, los más representativos del movimiento, son tan actuales y nos son tan necesarios, por su espíritu combativo, por su resistencia activa y por su inconformismo crítico. Por eso deben seguir siendo un referente para todo aquel que desee participar de una sociedad resistente al primadode los Absolutos, de los Fundamentos que pretenden imponerse y arrebatarnos nuestras mejores cualidades, esas que nos hacen honrar la inteligencia de la especie humana, como la reflexión rebelde, el pensamiento creativo, la argumentación común pacífica y a la vez conflictiva”, agregan los filósofos españoles Oñate y Arribas.
De ahí el auge de la filosofía postmoderna en estos días en los que la defensa del litigio, del conflicto que invita a trascender el adormecedor consenso doctrinal, con el fin de construir una verdadera política mediante las discusiones entre los llamados ‘vencidos de la historia’ (o ‘minorías’) como las mujeres, los no-blancos, los integrantes de la comunidad LGBTI+, los obreros, los neurodiversos y los que, históricamente, no habían tenido oportunidad de tomar la palabra, legítima y colectivamente.
Ello, gracias al empleo de un lenguaje basado en el bien común. Tanto la producción intelectual del francés Lyotard, como la del italiano Vattimo instaban a la participación activa retomando la subversión del marxismo (sin caer en la fase más ortodoxa del capitalismo marxista) y fusionándola con el freudismo, algo evidente en el uso de sustantivos alusivos a la pluradidad: las instituciones, las obras sociales, las obras públicas, las obras educativas, las obras culturales, las sanitarias y las de participación ciudadana comunitaria fueron las protagonistas de una arista de la corriente postmoderna del pensamiento conocida como la ‘Filosofía del deseo’, un enraizamiento del pensamiento con la acción.
Vale la pena aclarar que de Freud, esta movida postmoderna retomó las prácticas psicoanalíticas pero levantándolas del diván que asimila al hombre psicótico a la cultura establecida y en cambio, planteó la importancia de analizar al sujeto que en dicha cultura se forja reproduciendo los valores propios del sistema.
El arte de filosofar
Si bien entre Lyotard y Vattimo hay doce años de diferencia y varios kilómetros de distancia (el primero nació en Francia en 1924 y el segundo, en Italia en 1936), la sensibilidad estética fue su común denominador. Inclusive, llama la atención que el año en que nació Vattimo fueron publicados El origen de la obra de arte, de Heidegger, y La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica, de Walter Benjamín.
Para Lyotard, el arte fue una herramienta para desestructurar el equilibrio del sistema, pues lo concibió como un contradiscurso plasmado con el pincel de la energía libidinal reprimida por los conceptos racionales. Por lo tanto, la actividad artística es fruto del inconsciente.
Para Vattimo, el enfoque estético de Heidegger y Nietzsche sirvió de bastidor. De ahí que la liberación del sentido simbólico interpretativo, estético y creativo fue trascendental en su concepción de la belleza. “Aquí entran en juego el ‘Seguir soñando sabiendo que se sueña’, el ‘No hay hechos sino interpretaciones’”, puntualizan María Teresa Oñate y Brais G. Arribas.
Postmodernidad. Jean Francois Lyotard y Gianni Vattimo, tomo número 42 de la colección Descubrir la filosofía, que llegará, con EL TIEMPO, a un precio de 29.900 pesos y con nuevos filósofos: Chomsky, Pascal, Habermas, Plotino, John Stuart Mill, Russell, Erasmo, Gramsci, Althusser, Weber, Diderot, Adorno, Rawls, Berkeley, Husserl, y Gadamer, Bergson, Rorty y Lévinas; todos, increíbles pensadores que cambiaron la historia. Los interesados en adquirir la colección completa podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/filosofia o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990."