Kant, ‘el Copérnico’ de la filosofía
Kant, ‘el Copérnico’ de la filosofía
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Kant, ‘el Copérnico’ de la filosofía
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"Combinando los datos sensoriales –aquellos que son proporcionados por las sensaciones– con los conceptos a los cuales los somete el entendimiento, Kant fundamentó la teoría crítica del conocimiento en la que fue su obra cumbre, 'Crítica de la razón pura', escrita hacia 1769 y que se caracterizó por su revolucionario enfoque metafísico y, a su vez, le permitió su conversión como ‘el Copérnico de la filosofía’.

Nacido en un modesto hogar que salió adelante gracias al trabajo con el cuero realizado por su padre, Immanuel Kant le guardó fidelidad al principio de corresponsabilidad y pertenencia, que rezaba su natal Prusia Oriental –llamada Königsberg, hoy Kaliningrado–, ciudad igualmente austera y de fuerte tradición luterana; de ahí esta máxima seguida por Kant y a la cual se sumaban los sentidos de honestidad y laboriosidad.

Inclusive, se dice que en sus días de mayor fama, el filósofo fue asediado por universidades de grandes ciudades para hacer parte de sus nóminas de catedráticos y maestros, pero él “prefirió permanecer en la de su ciudad natal, más bien provinciana y solo famosa por su presencia”, escribe Joan Solé en su libro 'El giro copernicano en la filosofía', tercera entrega de la colección Descubrir la filosofía que circula con EL TIEMPO.

Allí mismo, en la universidad de Königsberg, Kant inició su formación intelectual en teología, matemáticas, física, filosofía y literatura latina clásica; si bien fue un estudiante modelo, la teología no era su fuerte y, de hecho, una buena parte de su Crítica de la razón pura se cierne en la confrontación de sus bases teóricas.

No sucedió lo mismo con las demás ciencias que estudió y por ello la primera parte de su obra emblema es todo un elogio a la certeza, la exactitud y la unicidad de la matemática y la física de Newton, las que, para Kant, eran tan necesarias, como ciertas.

Aunque se dio el lujo de rechazar ofertas de universidades como la de Berlín por su afán de arraigo hacia su ciudad natal –la cual, durante quince años, le negó plazas laborales en varias oportunidades, por falta de presupuesto para pagarle–, Kant consiguió su primera cátedra en 1770 a sus 46 años, enfocada en matemática y lógica.

Así, pudo empezar a ensayar y poner en práctica las ideas de la que sería su Crítica de la razón pura con los alumnos de su clase, quienes superaban el aforo del aula e inclusive llegaban a las seis de la mañana para encontrar sitio libre, pues su maestro no se limitaba a repetir conocimientos a diestra y siniestra, sino que en las sesiones de clase mostraba la construcción del conocimiento desde dentro, desarrollando ideas, atando cabos y exponiendo al conocimiento como algo vivo y en construcción, ""no un conjunto de sistemas cerrados que haya que memorizar y repetir; no enseñaba filosofía, sino a filosofar"".

Como se ve, ponía el máximo interés en incentivar el pensamiento independiente y creativo en sus alumnos, para que, como él decía, se sostuvieran sobre sus pies”, añade Solé.

“Estudio de la capacidad de la razón respecto al conocimiento puro o a priori, es decir, no derivado de la experiencia si bien surgido con ocasión de ella”, es la definición adecuada para abordar el principal concepto desarrollado por Kant: la crítica, y que, junto a los numerosos temas inherentes a su pensamiento y a su abordaje teórico del conocimiento, se encuentran desglosados en el libro El giro copernicano en la filosofía, a manera de diccionario de bolsillo para entender a este ‘Copérnico’.

“Si Copérnico mostró al género humano que a pesar de las apariencias no era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra, sino esta alrededor del Sol, Kant descubre que el pensamiento no consiste en una percepción pasiva de los datos suministrados por los sentidos, sino que son las facultades del sujeto cognoscente las que permiten que haya conocimiento”, puntualiza Solé sobre la analogía más famosa entre el astrónomo y el filósofo que busca explicar que el sujeto es quien crea el conocimiento mediante la intervención de sus facultades como son la sensibilidad y el entendimiento.

Kant. El giro copernicano en la filosofía, tercer tomo de la colección Descubrir la Filosofía circulará hoy con EL TIEMPO, con un precio de 26.900 pesos.
Los interesados en adquirir la colección completa, vale 589.000 pesos para suscriptores y 787.000 pesos para no suscriptores (este precio tendrá un descuento especial para los no suscriptores quienes, al comprar los treinta libros en una misma transacción, pagarán 719.000 pesos) podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/filosofia o llamando en Bogotá al 601 4266000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990."

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