Heráclito y Parménides, una dupla infalible
Heráclito y Parménides, una dupla infalible
Autor: EL TIEMPO
Heráclito y Parménides, una dupla infalible
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"Uno, oscuro y melancólico; y el otro, venerado y terrible. Se trata de una de las más importantes parejas del estudio del pensamiento, la compuesta por Heráclito y Parménides, los llamados presocráticos en tanto desarrollaron su enfoque filosófico antes de la aparición de Sócrates. 
Ello no solo es un factor clave a la hora de organizar cronológicamente su trabajo intelectual, entre los siglos VI y V a.C.; sobre todo, implica el objeto de estudio del heterogéneo grupo de filósofos que, como la dupla que protagonizará la entrega número 31 de la colección Descubrir la Filosofía (Heráclito y Parménides), hacen parte de los predecesores de Sócrates, quien puso sus ojos y su mente en el análisis del ser humano. Pero antes de él, la naturaleza era la que desvelaba a los sabios. Sin embargo, se trataba de un concepto muy diferente del que manejamos actualmente. 
“La naturaleza del todo es tal en cuanto se conforma al logos, y el logos es la razón íntima por la que todo aquello que es, es como es. Cada cosa es analizada ‘conforme a la naturaleza’, o sea, en su physis, en su pertenencia al todo, según el puesto que ocupa en el seno de la totalidad”, escribe Sandro Palazzo en su libro Heráclito y Parménides. El uno y lo múltiple.
Inclusive, toda producción o actividad humana, para los presocráticos, debía ir de la mano de la naturaleza; aun el logos, o aquel discurso expresivo del pensamiento descrito por Heráclito el que concibe la verdad en torno a la ley eterna y a su naturaleza íntima; por ello, para este grupo de filósofos, pensar era la mayor virtud y llegar a la sabiduría requería no solo decir la verdad sino, sobre todo, obrar escuchando a la naturaleza.
Heráclito, el melancólico 
Fue descrito, en su época, como un pensador sombrío y melancólico; sobre él, el propio Nietszche escribió: “A Heráclito lo consideran sombrío, melancólico, llorón, oscuro, bilioso, pesimista y, sin duda alguna, muy digno de ser odiado únicamente por quienes no tienen motivo para estar satisfechos con la descripción que hace de la naturaleza humana”, como narra Sandro Palazzo en su libro Heráclito y Parménides. El uno y lo múltiple. 
Sin embargo, su alejamiento de la sociedad fue una manera de entrar en verdadera relación con sus objetos de análisis, desde la naturaleza, hasta la physis y el arché. Así, pues, para Heráclito, la physis fue definida por él como la totalidad de las cosas que son (y más allá de las cuales no hay nada), mientras el arché fue abordado como el principio inmutable y eterno o, al menos de duración infinita. De ahí que la physis fuese la totalidad cuyo arché buscara el filósofo. 
De la relación de dichos conceptos, surgió la ley universal de la identidad de los distintos, en aras de explicar de qué están hechas las múltiples cosas que conforman la physis, encontrando, en el fuego a su mejor aliado. Pero, ¿Por qué el fuego? La explicación la dio, el filósofo, en su doctrina del fuego, un aspecto fundamental en la doctrina heraclitiana, como elemento que identifica el arché y la physis al ser aquello de lo que están hechas las cosas desde el punto de vista material.
“El fuego parece manifestar, más que ninguna otra cosa, los caracteres de la guerra y de la armonía y la síntesis de los contrarios –escribe Palazzo en su obra–. Se trata de aquello que, por derecho propio, algunos estudiosos han llamado el ‘fuego cósmico’ y que explica la génesis de los demás elementos, cumpliendo una función semejante a la del agua en Tales y a la del aire en Anaxímenes”. 
Parménides, el terrible
Heráclito fue el primer filósofo que hizo explícita la relación entre ser y pensamiento, con lo cual dio una especie de abrebocas sobre el enfoque que tomará dicha relación, con Parménides, para quien todo partía de una ley unitaria que, como tal, mantendría unido el múltiple de la naturaleza y se expresaría a través del pensamiento que es auténtico porque expone la estructura íntima de la realidad. 
Desde sus inicios en el estudio del pensamiento, se centró en el ser, y no tanto en el devenir, como podría suceder con Heráclito. Sin embargo, su doctrina resultó bastante extravagante para los pensados de su época, los demás presocráticos, al punto de ser caracterizada como ‘terrible’. Pero, ¿por qué?
“Si esperáramos una anécdota jugosa, similar a las que hemos leído sobre Heráclito, referida a las extravagancias y rarezas de un personaje excéntrico, nos llevaríamos una desilusión: el carácter terrible y alocado no se atribuye en este caso a la personalidad de Parménides, sino a su doctrina, cuya importancia capital influye a los filósofos contemporáneos o inmediatamente posteriores”, dice el tomo 31 de la colección Descubrir la filosofía.  
Conceptos como el ser, fueron situados por este presocrático en el centro de su filosofía que convivió con la recuperación de elementos míticos pues, para él, el mito no fue un conjunto de creencias o valores aceptados a la fuerza, por efectos de la acción de la costumbre ni de la fe, sino al ser una de las maneras mediante las cuales se expresa la verdad al pensamiento o logos.
Así, mito y logos son dos vías de expresión de una única verdad y de la realidad más profunda.
Al igual que Heráclito, Parménides retomó la lógica de los opuestos, a través de la luz y la noche, como principio de todas las cosas. “Luz y noche, de algún modo aparecen en la raíz de la experiencia de los entes: regulan el ciclo del día y de las estaciones; la luz, asimilable al fuego, es acompañada por el calor, mientras que la noche llega con el frío”, añade Palazzo. 
Heráclito y Parménides. El uno y lo múltiple, será la entrega número 31 de la colección Descubrir la Filosofía, que llegará, con EL TIEMPO, a un precio de 29.900 pesos y con nuevos filósofos: Chomsky, Maquiavelo, Pascal, Habermas, John Stuart Mill, Plotino, Russell, Erasmo, Gramsci y Allthusser, Berkeley, Weber, Diderot, Adorno, Rawls, Husserl, y Gadamer, Bergson, Rorty y Lévinas; todos, increíbles pensadores que cambiaron la historia. Los interesados en adquirir la colección completa podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/filosofia o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990. "

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